17 noviembre 2013

Kepa Arrizabalaga da la espalda a su disgusto


Kepa Arrizabalaga pasó un verano para olvidar. De hecho, no quiere ni pensar en ello. El portero de la cantera de Lezama ha dejado atrás la lesión de espalda que le apartó del Mundial sub-20 de Turquía y que le recluyó en la enfermería de Lezama hasta finales de septiembre. Y ahora, en otoño, es cuando sale el sol para el portero de Ondarroa.
No hay color entre la alegría que mostraba el pasado lunes, cuando regresó a Las Rozas, y las lágrimas con las que abandonó la Ciudad del Fútbol a mediados de junio, cuando no pudo completar el primer entrenamiento y la realidad de su lesión -una lisis en la L3- le mandó para casa.
“Fue un palo duro entrar en la última lista y no poder ir por lesión. Vi a mis compañeros por televisión con mucha envidia. Y esa injusta eliminación contra Uruguay”, rememora el portero.
Los días fueron interminables para el cachorro: "Tuve muchos problemas para que se curase bien. Sólo me fui 10 días de vacaciones para desconectar un poco, porque iba todos los días a Lezama para recuperarme y hacer trabajo de gimnasio".
Esta temporada ha jugado siete partidos con el Athletic Club “B” y fue convocado para un encuentro del primer equipo. "Desde que regresé no he tenido problemas. Trabajo mucho preventivamente para que no me duela otra vez. Y estoy muy feliz por volver a la selección", finaliza un portero que desde hace tiempo es del gusto de Lopetegui: "Siempre ha estado en nuestro pensamiento".
De momento, el jueves, ya estuvo en el banquillo de la sub-21 frente a Bosnia. El futuro le vuelve a sonreír a Kepa.

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