En el fútbol base una planificación
especifica del portero no puede ni tiene que ser anual, tiene que ser a más
largo plazo e ir cumpliendo etapas en función de las demandas del juego, ya que
van cambiando conforme crecen los niños, el espacio, el balón, su fuerza, su
talla, sus recursos cognitivos, etc. ¿O acaso hay mucho juego aéreo en
benjamines e incluso alevines? Si los niños no levantan el balón del suelo con
sentido prácticamente casi nunca, lo que hay es situaciones de área con balón
raso o botando como mucho, algún golpeo de fuera y poco más. Por eso, todo pasa
por analizar el juego según las edades y luego valorar qué se le debe demandar
a los niños porteros siempre en función de su desarrollo psicomotriz, es decir,
tanto a nivel cognitivo como motor, y es que calcular trayectorias,
velocidades, espacios, etc. es una exigencia para el cerebro muy alta, y hasta
que el niño crece y entrena mucho es muy difícil, además pensando que el balón
pesa y en muchos casos es más grande que la capacidad de las manos del niño
portero. Siendo así, los niños porteros como más se lesionan son con
traumatismos con el propio balón. Es lo que hay. Además, que los niños
están continuamente creciendo, especialmente en edad prepuberal, por lo que el
cerebro y todo el sistema nervioso central está en continua evolución, así que exigirle como a un adulto carece de total sentido, en mi
humilde opinión, sobre todo cuando el niño crece muchísimo en poco tiempo, las
neuronas y las unidades motoras de los músculos digamos que aún no caminan de
la mano, así que los desajustes psicomotrices estarán a la orden del día, pero
es que tiene que ser así. El cuerpo tiene que reajustar todo en tan poco tiempo
como en el que ha crecido, además la masa muscular se hace más grande y fuerte,
cambian muchos parámetros. Todos esos cambios se notan en el entrenamiento y la
competición, porque el cerebro tiene que hacer, digamos, un mapa de carreteras
nuevo y comprar el coche adecuado para llegar cuanto antes y con seguridad a
todos los sitios.
Por otro lado, el niño pasa por varias
etapas en cuanto a la percepción de lo que lo rodea. Cuando empieza a jugar él
es el centro del mundo, los aciertos, errores, etc. son suyos y como tal asume
éxitos y fracasos. No es hasta cierta edad, pasados los 10, sobre los 12 o así,
cuando el chico tiene sentido de equipo, de la globalidad, que los fallos son
de todos o que un error individual perjudica en cierto modo al colectivo, pero
que es igual de cierto que el error tiene y puede ser arreglado por otro
miembro del equipo. Entonces, un niño de 8 ó 9 años, que encaja un gol, lo hace
por su culpa, él no ve que ha habido un fallo anterior de los compañeros. Igual
percibe el balón muy grande y le tiene miedo ¿por qué no? sus manos no dan
abasto para blocar, de modo que es posible que con ese niño pues haya que trabajar
mucho los desvíos para que se sienta bien, cómodo, con seguridad y competente.
Y pienso que ese contenido ya queda trabajado para seguir con la planificación
a largo plazo con otros contenidos que su desarrollo natural le van a permitir
trabajar con el paso del tiempo. Así de sencillo y de difícil es el puesto de
portero a estas edades.
De hecho, con los niños no hago “juego
aéreo”... se hacen cálculos de trayectorias con diferentes móviles, y no tienen
que blocar, sólo con que el balón pase por un aro o quede en un cono, etc.
(engañarles con juegos y que estén divirtiéndose, pero en realidad les estas
trabajando el cálculo de trayectorias para que el cerebro se acostumbre a medir
las distancias para mas adelante). Ya habrá tiempo de trabajar técnica cuando
la mano sea más grande con respecto al balón y el portero sepa calcular
correctamente, de lo contrario, creo firmemente que se está frustrando al
portero, por no calcular bien y por blocar peor.
Pienso en largo plazo en el trabajo
específico con niños, que igual en dos o tres años no hay por qué trabajar
un contenido concreto por dos motivos fundamentales: el juego no lo demanda y
el niño no está listo psicomotrizmente. Pienso que hasta cadetes no hay que
trabajarlo todo. Desde benjamines/alevines, se va trabajando cosas que hacen
falta como que el portero aprenda saber caer al suelo sin riesgo de lesión, poner las manos correctamente, etc., y
cada 10 meses (temporada) se va sumando conceptos nuevos, para llegar a eso, a
una planificación de unos 4-6 años en los que el portero llega a cadete
manejando todos los conceptos del juego, mejor o peor, pero manejándolos.
Y para finalizar diría que “ El que quiera un campeón en la familia, entrénese…mientras
tanto, deje que su hijo juegue y entrene feliz” .
Me gusta mucho el articulo y el ejercicio. BIEN LAUREANO. Lo trabajaremos.
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